Para
que todo este proceso de la masticación ocurra es necesaria la colaboración de
los distintos músculos masticatorios de apertura y cierre, así como de la
lengua (“la sin hueso”). Estos
músculos se encargan de abrir y cerrar la boca de manera sincrónica,
descargando toda su potencia muscular sobre el alimento que masticamos.
Vamos a explicarlo con un ejemplo: abrid la boca e intentad cerrarla solamente por la derecha.....a que es imposible? Pues de la misma manera ocurre cuando masticamos.
Cuando
masticamos podemos llegar a producir una fuerza equivalente a 70kg, imaginaos
lo que es eso!!!!
Cuando los dientes encuentran el alimento descargan la fuerza sobre él, pero..... ¿qué pasa en el lado opuesto donde no hay alimento? Pues que los músculos también descargan su fuerza pero al vacío. De esta manera el reparto de la fuerza muscular se ve desequilibrado y puede provocar dolor en las articulaciones témporomandibulares (ATM) si siempre masticamos por ese lado.
Por
otro lado, la masticación también contribuye a tener unos dientes más fuertes.
Los dientes se encuentran unidos al hueso por el ligamento periodontal que se
ver reforzado por el estímulo masticatorio.
Por
esta razón es importante masticar con los dos lados para equilibrar en lo
posible la descarga de fuerza muscular tan intensa que se produce durante la
masticación y tener unos dientes más fuertes y sanos.
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